LA CHURRERIA DE PEPITO - UNA PARADA OBLIGADA

Cuando venia a Santa Pola, antes de vivir aquí, ir a tomar un café o chocolate con churros a Pepito era una visita obligada, así como en las madrugadas después de una noche de fiesta. Hoy es una parada de relax para saborear un buen café, a la manera que a mi me gusta, fuerte, y no todas las veces que yo quisiera unos riquísimos churros.
Recuerdo a Pepito, siempre serio y tieso, con gran profesionalidad e impecable servicio, y a Manolita mujer afable, dulce y sonriente, que hacían del kiosko un sitio entrañable.

Para contar la historia de la churreria de Pepito nos tenemos que remontar a los primeros años de la posguerra española.cuando el matrimonio formado por Ramón y Manolita empiezan a regentar un pequeño kiosko situado en la plaza del mercado de abastos en el que vendían chucherías y tabaco de estraperlo

Una churrera que estaba justo enfrente a ellos traspasaba su negocio y el matrimonio decidió quedárselo y fue entonces cuando aquel pequeño kiosko empezó su andadura como churreria, a la vez que empieza también a servir algún café contando con una maquinaria muy rudimentaria.

El gran cambio llegó a mediados de 1966 cuando empieza a trabajar Pepito el que era entonces el novio de su única hija Manolita .Este consiguió que le prestarán una cafetera e introdujo varios arreglos y mejoras en la maquina de los churros.

Pepito y Manolita, ya como matrimonio,se hacen cargo del kiosko de Manolita (más conocida como barraqueta de Pepito) ,poco a poco se empieza a invertir en maquinaria y se consigue llegar a trabajar como aun se sigue haciendo en nuestros días.

1991 es un año que marca también la historia de la churreria cuando se echan abajo los antiguos kioskos que estaban pegados al mercado para ubicarlos donde se encuentran en la actualidad .


Como el kiosko es muy reducido y el número de clientes va en aumento deciden abrir un local justo enfrente, la Cafetería Pepito que lleva Manolita junto con uno de sus hijos.

Ambos negocios siguen trabajando en la actualidad tal y como se hacía antes, han ampliado su capacidad al extenderse por la plaza y están regentados por los hijos de Pepito y Manolita que supone ya la tercera generación.

Gracias Xavi por contarnos esta historia y aportar esas fotos antiguos que tienen tanto valor.