15/12/16

LA FONDA-HOTEL PATILLA



Si hablamos de gastronomía en Santa Pola, tenemos que dirigir la mirada a una de las familias que son un referente en nuestro pueblo los " PATILLA"
Cuando Ventura Selva Gonzálvez, procedente de Daimes y Francisco Perez Vicente, de El Derramador, (ambas partidas rurales de Elche) se casaron, recibieron del padre de él la posada que tenía en Santa Pola, en alquiler. Francisco heredó de su abuelo el apodo de "PATILLA" con el que era conocido por las enormes patillas que llevaba, Este apodo ha subsistido hasta nuestros días y con él son conocidos los miembros de esta familia.
Los domingos, la plaza del mercado se llenaban de placeros que venían en sus carruajes a vender sus productos. Los jueves pasaba el trapero a recoger ropa que canjeaba por platos o tazas,un señor de Elche al que le llamaban "El tío del duro" financiaba todo lo que necesitaras, se le iba pagando a plazos..
Todo ellos dejaban los carruajes en la Fonda, que tenía espacio destinado a ello, para al terminar la faena poder degustar la exquisita y apetitosa cocina de Ventura, un premio bien merecido después de una jornada de trabajo..
Desde la fonda Patilla se repartía el agua a los chalets y en agosto,cuando se ponían las barracas y venían los veraneantes se servían paellas a los baños La Sirena. Paco las transportaba en bicicleta y una vez tuvo un percance y se fue toda la comida por el aire teniendo que volver a la fonda para que le hiciesen otra.
En septiembre, cuando eran las fiestas del pueblo, los vecinos de todas las pedanias del campo venían en bicicleta para disfrutar los fuegos artificiales del día 8, dejaban las bicis en las cuadras, se sacaban el pañuelo y se ponían zapatos, ya estaban listos para el espectáculo.Para todo este cambio y aseo contaban con un espejo y un lavabo.
Eran tantas las bicis que allí se reunían que tenían que repartir tickets numerados para poder ordenarlas.
En sus orígenes la posada contaba con una entrada de carruajes y otra a la casa .ésta estaba distribuida en 6 habitaciones,la cocina,y el patio.Una escalera de madera conducía a una habitación donde se almacenaba la paja y a otra muy,muy grande en donde, en verano, venían familias de Elche y se metían allí todos los que podían durante esos calurosos meses.
Los primeros extranjeros que pernoctaron allí fue una pareja de suecos con una hija que estaba entusiasmada con los caballos,él era pintor y utilizaba la habitación grande como estudio.Los suecos tenían alucinados a todos los chavales del pueblo porque se bañaban los tres en cueros. Una vez fue la guardia civil a llamarles la atención.En aquellos años no se permitían tantas libertades.
Al terminar esta primera temporada el padre de Paco vino a cobrarse el beneficio, su hijo le quería hacer creer que la temporada no había sido muy buena pero finalmente tuvo que claudicar y presentar cuentas porqué la teoría de su padre era que si ellos no eran capaces de llevarlo y sacarle provecho otros sin los harían y entonces se quedaban sin la posada.
Ventura era una persona adelantada a su época y con amplias miras de futuro,quería prosperar y tenía la idea de cambiar lo que era una posada por un hotel, veía que en Santa Pola no había camas y a la vez era un medio de trabajo para sus hijos que desde pequeños participaban en las labores de la fonda y tenían un buen aprendizaje.
Paco no estaba de acuerdo con estas innovaciones y no quería firmar en el banco para que les diesen un préstamo.(en aquella época la firma de la mujer no tenía valor si no era avalada con la firma del marido),pero al final no necesitó el apoyo de Paco, fue su nombre lo que le ayudó a conseguir el dinero. Aunque todo el mundo le llamaba Ventura, su nombre real era Buenaventura ,que es nombre de varón ,así que está mujer luchadora y con visión de futuro, vio como su proyecto empezaba a tener color.
Así que se hizo una remodelación del edificio ampliando las habitaciones a 20 todas ellas con water, bañera y bidet, barra en el piso de abajo, y restaurante en el primer piso.
El 01 de mayo de 1968 se inauguró la barra desde la que se servían diferentes y apetitosos pinchos.
La reforma fue muy importante y costosa pero contaron con la ayuda de algunos proveedores, el Horno de Paquito estuvo suministrándoles el pan, al menos durante un año, hasta que pudieran pagárselo, Jeroni "el vinero" hacía lo propio con la bebida, y algunos más.
Ventura no se equivocó en su proyecto, eran muchos los turistas que visitaban a diario su hotel y restaurante y la barra llevaba un buen ritmo.Los primeros clientes extranjeros fueron una  pareja francesa de recién casados.En aquellos años eran los franceses los más asiduos visitantes de Santa Pola.
Las enseñanzas de Ventura perduran entre sus descendientes y ya son tres las generaciones de "Patilla" que trabajan el hotel y restaurante y que siempre están colaborando con todos los acontecimientos gastronómicos que se celebran en nuestro pueblo y con todo aquello que sirva para dar a conocer y promocionar Santa Pola.
Cuando entré allí la primera vez y vi una larga barra llena de pinchos estaba encantada porqué entonces era el único sitio, o al menos que yo recuerde, con semejante despliegue de manjares, todo estaba muy apetitoso.




Gracias Margarita "Patilla" por haberme contado esta historia tan bonita, por tu alegría y espontaneidad y por cederme esas fotos tan interesantes que representan una época de nuestro pueblo.














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